lunes, 9 de julio de 2007

- TERAPIA DEL DOLOR


Descripción :
El dolor es un síntoma desagradable percibido como una molestia de intensidad variable localizada en una parte del cuerpo. Tiene su utilidad como signo de alarma de que algo funciona mal en el organismo y como orientación de la localización de la enfermedad. Al igual que la fiebre, la intensidad del dolor no va unida necesariamente a la gravedad del proceso, ya que existen muchas diferencias en su percepción y en la tolerancia al sufrimiento entre distintas personas.
Tipos de dolor
Existen dos tipos de dolor según su ritmo y cronología : agudo y crónico.
§ Dolor agudo : es aquel que tiene una evolución corta en el tiempo. Suele asociarse a un proceso reciente, como un traumatismo, una herida o una apendicitis. Es útil y en general es más alarmante que el dolor crónico. Según su intensidad puede ir acompañado de síntomas simpáticos (producidos por el sistema de alerta del organismo):
o Aumento de la tensión arterial.
o Sudoración.
o Dilatación de las pupilas.
o Taquicardia.
o Etc.
§ Dolor crónico : aquel que se prolonga en el tiempo. Pierde su función de alarma y sólo queda como molestia. Esta indicado aliviarlo.
Además, según la procedencia del dolor se distingue:
§ Dolor somático : es debido a estímulos mecánicos (golpe) o químicos (quemadura). Proviene de músculos, articulaciones, tendones, pleura, peritoneo, pericardio y meninges. Es localizado, podemos señalar donde duele y suele aumentar con el movimiento de esa parte del cuerpo. Por ejemplo, un hematoma tras un golpe, un esguince de tobillo, una herida en la piel una neumonía que afecte a la pleura, etc.
§ Dolor visceral : como su nombre indica proviene de algunas vísceras que tienen sus propios receptores de dolor como el corazón o el intestino. Otros órganos internos, como el cerebro o el hígado no tienen receptores dolorosos y no duelen por sí mismos, sino que el dolor proviene de sus envolturas (meninges, cápsula hepática) o de los vasos sanguíneos que lo recorren (como en la jaqueca o cefalea vascular). El dolor visceral puede ser referido, es decir, duele en una zona que no corresponde con la localización del órgano dañado (por ejemplo en la angina de pecho, aunque el daño está en el corazón, el dolor se puede percibir en la mandíbula, el hombro o incluso el brazo izquierdo).

Síntomas
Síntomas y signos acompañantes. Con frecuencia resultan fundamentales en la evaluación de un dolor. Por ejemplo, no es lo mismo un dolor torácico con fiebre (posible infección respiratoria o pleural) que otro acompañado de sudoración y nauseas (posible angina o infarto de miocardio). La presencia de vómitos o no acompañando a un dolor abdominal sugiere muy distintas enfermedades al médico experto.

Causas y frecuencia de la enfermedad:
El dolor es un simple síntoma, por lo tanto, no se puede ver ni medir. Sin embargo ciertas características propias del mismo, así como algunos de sus síntomas acompañantes nos pueden orientar hacia un diagnóstico:
§ Intensidad. No es mensurable, ya que una misma lesión para una persona es mucho más dolorosa que para otra. Como intento de cuantificación se emplean métodos indirectos, como las escalas del dolor en las que se pide a la persona que tiene el dolor que lo califique del uno al diez, considerando el cero como nada de dolor y diez como el dolor más insoportable que la persona recuerde haber sufrido o imagine. Sirve sobre todo para valorar la eficacia de los analgésicos tomados.
§ Inicio del dolor . El dolor de comienzo brusco es aquel que alcanza su punto máximo en muy poco tiempo. El dolor de comienzo gradual alcanza su máximo a lo largo de horas o incluso días.
§ Localización . El dolor se puede localizar con un dedo o se define peor por toda una zona (con una mano señalando una superficie amplia). Esto sugiere, de forma general, si el dolor es somático (localizado) o visceral (difuso). La localización nos indica la estructura dañada.
§ Irradiación del dolor. Se trata de averiguar si el dolor está circunscrito a una zona corporal o se extiende a otras zonas. Por ejemplo, el dolor de la lumbociática se extiende característicamente por la parte posterior del glúteo y muslo.
§ Circunstancias que influyen en el dolor. Distintos factores pueden variar las características del dolor. Por ejemplo, el movimiento del miembro afectado aumenta el dolor cuando el problema es
del aparato locomotor; el dolor abdominal puede mejorar o empeorar en distintas posturas, según la causa que lo produce.
§ Dolor continuo o cólico. Es importante distinguir si el dolor se mantiene más o menos constante en el tiempo, o si tiene periodos de mayor exacerbación seguidos de otros sin dolor o con un dolor más débil (dolor cólico). Este último tipo de dolor suele estar originado en vísceras huecas del tubo digestivo o del aparato urinario.
§ Evolución del dolor en el tiempo . El dolor no sólo puede aumentar o disminuir de intensidad a lo largo del tiempo, sino que puede cambiar de localización con el tiempo, pasar de continuo a cólico o al revés. Por ejemplo, es frecuente que una apendicitis comience con un dolor localizado en el centro del abdomen (alrededor del ombligo) y que con el transcurso de unas horas descienda hacia el lado inferior derecho del abdomen (la fosa iliaca derecha) donde se localiza el apéndice inflamado.

Tratamiento :
El dolor, como hemos dicho, es un síntoma de alarma. Una vez dada la alarma e identificado el origen del mismo se puede suprimir o aliviar con los medicamentos apropiados. Tras un diagnóstico médico e iniciado el tratamiento de la causa del dolor (si ello es posible), no tiene sentido continuar sufriendo.
Ahora bien, no se deben dar analgésicos a todo dolor. No debemos dar analgésicos a un dolor del que no se conozca claramente cual es su causa, hasta que el paciente sea valorado por un médico que diagnostique y tome la decisión de si se debe aliviar o no.
Por el contrario, se puede dar analgésicos a dolores de causa conocida aún antes de acudir al médico, por ejemplo, una torcedura de tobillo, un dolor por caries dental o un traumatismo en una extremidad (brazo o pierna).
Por el riesgo de llevar asociadas lesiones internas insospechadas, no se deben dar calmantes en caso de traumatismo torácico o abdominales. Por su frecuencia, los dolores de cabeza habituales pueden ser tratados por el paciente con la precaución de interrumpir el tratamiento y consultar al medico si dicho dolor se hace distinto al de otras veces.
Existen dos tipos de medidas que el paciente puede aplicar en caso de dolor: unas son físicas y otras farmacológicas, aunque en realidad el tratamiento último del dolor es el de su causa, por lo que cada enfermedad tendrá su tratamiento específico que debe ser decidido por el médico.
§ Las medidas físicas son muy variadas, según el tipo y localización del dolor:
o Para un golpe sin herida en la piel ni complicación grave es aconsejable aplicar frío e inmovilizar la zona del traumatismo. El frío puede conseguirse con una bolsa de hielo triturado envuelto en una tela fina, o con apósitos comerciales especiales que se mantienen fríos en el congelador de cualquier frigorífico doméstico.
o Para la migraña o jaqueca es muy recomendable reposar en un ambiente tranquilo, sin ruido ni luz.
o Para la artrosis en general, el calor mejora las molestias y la movilidad articular, aunque en algunos casos de dolor muy agudo (en los llamados brotes inflamatorios) los síntomas pueden aliviarse temporalmente con frío local.
o La lumbalgias, tortícolis y las contracturas musculares mejoran con el calor local aplicado con bolsas de agua, paños calientes (manta eléctrica) o lámpara de infrarrojos. Igualmente, el dolor de un cólico nefrítico ocasionado por la expulsión de un cálculo renal puede hacerse más soportable en el interior de una bañera llena de agua muy caliente, aunque tal situación es motivo de consulta obligatoria al médico para valorar el proceso y pautar los medicamentos necesarios.
o El dolor de oídos en la otitis externa suele mejorar con la aplicación de calor local seco aplicado en el pabellón auditivo.
§ Las medidas farmacológicas son de dos tipos:
o Tratamientos de la causa que produce el dolor (como el antibiótico en el caso de una otitis) .
o Tratamientos exclusivos del síntoma dolor (medicamentos que no atacan la causa, sino que sólo calman las molestias). Estos últimos fármacos llamados analgésicos o calmantes están indicados bien cuando la causa no tiene tratamiento posible (por ejemplo, un cáncer avanzado) o mientras un tratamiento causal (por ejemplo un antibiótico) llega a hacer efecto.
Sin necesidad de receta médica ni de indicación médica expresa, y con las precauciones anteriormente descritas, se pueden emplear sin grandes riesgos los llamados analgésicos menores, de los que los más seguros y eficaces son el ácido acetil-salicílico (la aspirina) y el paracetamol. El primero de ellos tiene el inconveniente de producir molestias digestivas e incluso un posible sangrado en un pequeño número de pacientes. En realidad se trata de un riesgo realmente pequeño e improbable, por lo que en absoluto se desaconseja su uso como analgésico de primera línea. Por el contrario el exceso de uso de paracetamol puede tener efectos tóxicos sobre el hígado.
En la actualidad se ha introducido otro analgésico, entre los fármacos de libre uso, llamado ibuprofeno. Aunque en realidad se trata de un antiinflamatorio, su acción analgésica es muy eficaz y segura.
Cuando el uso de estos fármacos no bastan para calmar un dolor, pueden asociarse varios de estos analgésicos menores para potenciar su efecto, pero esta decisión debe ser tomada por el médico considerando la causa del dolor y las circunstancias del paciente. Existen en el mercado presentaciones comerciales que incluyen dichas combinaciones en una única pastilla.
Antes de decidir el empleo de una asociación de medicamentos, conviene cerciorarse de que se ha tomado correctamente el analgésico sencillo. De hecho, la causa principal de fracaso terapéutico es el incumplimiento o los errores de tratamiento (por ejemplo demorar excesivamente el intervalo entre las tomas sucesivas, ya que el efecto de un analgésico no dura más de 4-6 horas).
Cuando incluso la asociación de analgésicos menores es insuficiente para calmar a un paciente con dolor grave, debe recurrirse a un analgésico mayor u opiáceo. Estos productos son extractos del opio, de los que los más usados son la codeína y la morfina, que poseen una extraordinaria capacidad analgésica, con gran seguridad de uso.
Existe una asociación popular entre la utilización de los medicamentos opiáceos con la idea de que el enfermo padezca una enfermedad grave e incurable o esté en un estado terminal, con una muerte probable y cercana. En realidad esto es cierto sólo en parte, ya que la morfina se debe utilizar en cualquier circunstancia en la que el dolor no sea controlable con otros analgésicos. Esto puede ocurrir en casos de dolor agudo pero muy intenso, como en traumatismos, lumbalgias incapacitantes o un infarto de miocardio, pero también en cualquier tipo de dolor crónico intenso no canceroso.
En el caso de los pacientes tumorales la tendencia actual es no esperar a que el dolor sea inaguantable para recomendar un opiáceo, sino iniciar su administración precozmente ya que no suelen acortar la esperanza de vida del paciente y este mejora extraordinariamente su calidad de vida.

¿Cuándo debe de acudir al médico?:
La actitud prudente por parte del paciente está en acudir lo más rápidamente posible a un centro sanitario donde poder ser evaluado por un médico. Si aliviamos cualquier dolor, podemos retrasar diagnósticos con graves consecuencias; por ejemplo, unas simples aspirinas suministradas a un paciente con dolor abdominal sin causa conocida pueden retrasar el diagnóstico de una apendicitis y permitir el desarrollo de una grave peritonitis.

- REVITALIZACION

Debido a que existen varias estrategias de tratamiento, cada una dependiente de lo que el paciente quiera obtener a priori, hay que determinar primero si lo que se desea lograr es una revitalización general de todo el organismo, o en cambio, una revitalización de un órgano en especial o de alguno de los sistemas de órganos del cuerpo.
Esto es importante porque muchas personas desean tan solo aumentar la vitalidad, la energía muscular y el rejuvenecimiento de alguna de sus glándulas para poder sentirse más fuertes, jóvenes y vitales; mientras que otros tienen por objetivo principal "apostar" al futuro y prevenir el deterioro corporal que sobrevendrá en el futuro cercano, evitando de antemano la "decrepitud" de su unidad cuerpo-mente, y basándose en historias familiares de tendencias particulares ( artrosis, Alzheimer, cáncer, prolapsos viscerales, osteoporosis, etc.) proyectan por anticipado la batalla que les prevendrá de tales trastornos.
Como se podrá apreciar, no siempre es el profesional el que decide ¿Qué hacer?, sino que corresponde decidir en "conjunto".
Todo es válido cuando se trata de gozar de la existencia con la mejor calidad de vida posible.
Para dar una idea, hay tratamientos que se aplican de una sola vez, realizando varios "implantes" en el mismo día (se los denomina: una serie), los cuales se repiten cada 3 meses (comprenden 3 series en total). Por otra parte, existen tratamientos que se aplican cada 40-45 días (en total 4 veces) y que incluyen toda una serie de HIDROLIZADOS bebibles que complementan a los inyectables, y que el paciente va tomando entre cada implante.
Sea cual fuere el tratamiento a efectuar, es imprescindible contar con un "chequeo" previo de laboratorio básico y obligatorio, que consiste en Hemograma completo, Hepatograma, Colesterolemia total, HDL y LDL, Glucemia, Uremia y Uricemia, y un Proteinograma electroforético. A las personas con antecedentes de trastornos de la Glándula Tiroides, se les pide también un Perfil Hormonal Tiroideo reciente.
Condroitín sulfato
El condroitín sulfato es un principio activo cuyas eficacia y seguridad en el tratamiento sintomático de la artrosis de rodilla se han demostrado ampliamente, con un nivel de evidencia científica 1A según la European League Against Rheumatism.
Su efecto terapéutico en pacientes artrósicos es debido a una actividad antiinflamatoria en los componentes celulares de la inflamación, a la estimulación de la síntesis de proteoglucanos y ácido hialurónico, a la disminución de la actividad catabólica de los condrocitos inhibiendo algunas enzimas proteolíticas y otras sustancias que dañan el cartílago, y a la reducción tanto de la síntesis de óxido nítrico como de la apoptosis condrocitaria.
Pues bien, un artículo publicado en "Medicina Clínica" (2004; 123: 739-742) muestra que con la prescripción de condroitín sulfato como tratamiento sintomático de la artrosis de rodilla se ha observado que algunos pacientes con psoriasis concomitante mejoraban notablemente de las lesiones cutáneas.
En concreto, el equipo de investigadores describió los resultados clínicos y anatomopatológicos correspondientes a las placas eritematodescamativas e hiperqueratósicas de 3 pacientes adultos con gonartrosis bilateral y psoriasis de larga evolución, caracterizada por grandes placas eritematosas, descamativas e hiperqueratósicas y rebeldes a diversos tratamientos. Los pacientes recibieron 800 mg/día de condroitín sulfato para tratar su artrosis durante 2 meses y se realizaron biopsias cutáneas antes y después del tratamiento.
La comparación de los resultados histopatológicos revelaron una diferencia superior al 50% en la disminución del grosor de la epidermis (espesor total, espesor desde la capa basal hasta el inicio de la córnea y espesor de la capa córnea), así como una reducción del índice de proliferación celular de los queratinocitos del 70% en 2 pacientes y del 20% en el tercero. Asimismo, el grado de actividad de la psoriasis también disminuyó y los 3 pacientes, con extensa paraqueratosis inicial, mostraron una queratinización ortoqueratósica predominante con áreas focales de paraqueratosis. En ningún caso se observó un empeoramiento histológico de las lesiones con el tratamiento con el condroitín sulfato.
Según afirman los autores en sus conclusiones, "la confirmación de estos resultados preliminares en futuros ensayos clínicos podría suponer un importante avance en el arsenal terapéutico para los pacientes con psoriasis, dado el excelente perfil de seguridad de este fármaco".
Aproximadamente 2 semanas después de haber empezado el tratamiento con el condroitín sulfato, además de mejora del dolor y de la función articular, los 3 pacientes refirieron una mejoría clínica de la psoriasis que continuó progresando a lo largo del tratamiento, con sensación de bienestar en la piel, aumento notable en la hidratación de las lesiones, disminución del enrojecimiento y de la sensación de ardor, menor descamación, menor hiperqueratosis, reducción espectacular de las placas hiperqueratósicas, blanqueo notable de las lesiones ­prácticamente total en uno de los casos­ y curación de las grietas en los pies de uno de los pacientes.
Para los autores, la posibilidad de utilizar el condroitín sulfato para el tratamiento de la psoriasis sería "clínicamente relevante, dadas la prevalencia de esta enfermedad crónica de base inmunológica (1,17-1,43% en España), las dificultades de tratamiento, la duración variable de las fases de remisión, su curso imprevisible y la importante repercusión en la calidad de vida del paciente". Además, destacan que, de confirmarse estos resultados en un número mayor de pacientes, el condroitín sulfato presentaría un especial beneficio en pacientes que sufren concomitantemente artrosis y psoriasis, ya que se ha descrito que los analgésicos y/o AINE presentan, como uno de sus efectos secundarios, la inducción de brotes psoriásicos o el empeoramiento de una psoriasis preexistente.
En cualquier caso, los investigadores recuerdan que "estos resultados deben contemplarse con la reserva que merecen las observaciones clínicas inesperadas, si bien en la mayoría de las ocasiones estas circunstancias constituyen el punto de partida para investigaciones ulteriores". En todos los pacientes se observó una recaída de la psoriasis, que volvió a su situación inicial, 3 y 5 semanas después de la finalización del tratamiento con el condroitín sulfato.

- TERAPIA NEURAL

Terapia Neural
La Terapia Neural según Huneke se ha convertido en sus 75 años de existencia en una herramienta muy eficaz, económica y rápida para médicos generales y especialistas.
Es una disciplina médica que consiste en la infiltración de anestésicos locales en sitios específicos del cuerpo, con el propósito de normalizar y optimizar la regulación biocibernética del sistema nervioso autónomo, y por ende al organismo en forma integral.
Gracias a la reciente introducción de doctores en biofísica, así como el esfuerzo de numerosos médicos, la Terapia Neural según Huneke ha pasado de ser una técnica empírica a una escuela médica fundamentada en modelos científicos. Estos modelos permiten explicar en forma coherente y sin contradicciones el fenómeno curativo logrado con esta disciplina.
Los sitios en los que se aplica la Terapia Neural incluyen a los puntos de Acupuntura, además de otros lugares especiales. También se aplica en la zona en que se tenga un dolor, por el simple efecto de analgesia.
Procaina
En un estudio clínico publicado, el Dr. Paul Luth del Hospital Municipal Offenbach Main, Alemania continúa el examen del medicamento conocido como procaína (la cual fue creada en 1905) y su conexión con el metabolismo cerebral.
Ha sido usada durante casi 50 años como un anestésico local por sus propiedades no tóxicas y su compatibilidad tisular. La procaína fue originalmente investigada como un fármaco que tiene un amplio espectro por el Dr. R. Leriche en 1930. Cuando comenzó sus estudios de la procaína, rápidamente se dio cuenta de que podría tener un efecto positivo más allá de su uso inicial en la cirugía. El Dr. Leriche reportó que la inyección de la procaína podría ser de mucho beneficio para las personas ancianas. Creyendo que la vejez y las enfermedades que conlleva, son causadas por un sistema nervioso que ha sido alterado por causas dañinas ambientales, el Dr. Leriche vio algo en la procaína que podría invertir el daño.
El Dr. Luth continuó los estudios del Dr. Leriche en el uso de la procaína como un beneficio para los ancianos. En sus estudios, Luth administró procaína por medio de inyección a un gran grupo de prueba de pacientes geriátricos. Estos pacientes tenían alguna de las enfermedades más comunes en los ancianos, incluyendo el endurecimiento de las arterias, artritis, enfermedades cardíacas y enfermedades del metabolismo. Después de administrar procaína por un periodo de tiempo, el Dr. Luth pudo identificar cambios drásticos en la apariencia y el comportamiento de estos pacientes de prueba.
Uno de los primeros cambios notables sucedió muy rápidamente después de que se inició la terapia con procaína e involucró la apariencia de la piel de los pacientes del estudio. La piel del paciente muy rápidamente pareció aflojarse menos y las arrugas y los pliegues asociados con la tercera edad, se suavizaron. Sobre todo la piel pareció más firme, dándole a los pacientes una apariencia sana y juvenil.
En estudios clínicos realizados en el Programa de Estudios de Medicinas Alternativas de la Universidad de Guadalajara con la terapia de procaína en un grupo de pacientes, se encontró que tomaron lugar otros cambios: principalmente la regulación de la arritmia cardíaca y la presión alta sanguínea.
Conforme avanza el tratamiento con la terapia con procaína, los pacientes empezaron a notar que su sueño era más sólido, más profundo y reparador. Muchos de estos pacientes se habían quejado de insomnio antes de empezar el estudio. Sus sentimientos generales de bienestar y salud aumentaron conforme mejoraron sus patrones de sueño.
Entre otras cosas, notamos que conforme prosiguió la terapia con procaína los pacientes mostraron un interés renovado en sus entornos, una mejoría marcada en la memoria y que los problemas de audición y dolor de cabeza que los habían plagado regularmente, fueron eliminados.
Muchos de los pacientes que inicialmente habían sido diagnosticados con endurecimiento de las arterias y enfermedad de Parkinson, mostraron una regresión de sus síntomas y problemas relacionados con esta enfermedad.
En las últimas etapas del estudio clínico con tratamiento de procaína se encontró que la procaína tiene un efecto importante en las enfermedades degenerativas acerca de las cuales sus pacientes inicialmente se quejaban. Los problemas relacionados con la arteriosclerosis y de la circulación, en general disminuyeron en los pacientes que previamente habían tenido gran dificultad al respecto.
La inyección de procaína estimula la producción con el tiempo de dimetilaminoetamol, una sal que, cuando está presente en el cuerpo, produce que regrese la memoria, mejoren los patrones del sueño, un pensamiento más claro y un sentimiento general de bienestar y salud. Además el dimetilaminoetanol reduce o elimina los síntomas del cerebro más comunes en los ancianos incluyendo mareos, dolores de cabeza y pérdida o cambios en las capacidades auditivas.
Por lo anterior, se concluyó que la producción de dimetilaminoetamol a través de la terapia con procaína también muestra efectos extensivos en los pacientes no geriátricos. Estos pacientes más jóvenes muestran un incremento en la capacidad de la memoria, disminución o reducción completa de la depresión ligera.
La procaína es creada en el laboratorio al enlazar dos nutrientes vitamínicos con largos nombres: PABA (ácido paraaminobenzoico) y DEAE (dietilaminoetanol).
Cuando entra al cuerpo humano, de acuerdo a una publicación del Biochemical Journal la procaína se rompe en PABA (ácido paraaminobenzoico) y DEAE (dietilaminoetanol) el cual es químicamente similar al DMAE (dimetilaminoetanol) y se convierte en las células en colina.
El DEAE y el DMEA mejoran la circulación del tejido y estimulan la producción de fosfatidilcolina, uno de los bloques que forman la membrana celular. Algunos científicos dicen que "la desintegración de la membrana celular" es una de las causas primarias del envejecimiento.
El PABA es una vitamina B que ayuda al cuerpo a formar células sanguíneas, y a formar las proteínas metabolizantes. También trabaja como una ayuda para conservar la piel, el pelo, las glándulas y los intestinos en condiciones óptimas. Una deficiencia de PABA puede causar estreñimiento, depresión, problemas digestivos, estrés, infertilidad, fatiga, pelo gris, dolores de cabeza e irritabilidad. El PABA estimula al sistema bacteriano intestinal para producir las vitaminas B, el ácido fólico, ácido pantoténico, la biotina y la vitamina K. El PABA es rápidamente metabolizado por el hígado. Así que si se consume solo, nos desilusionaremos de los resultados. En cambio cuando se combina con la molécula de procaína, el PABA es más efectivo.
El DEAE tiene un efecto antidepresivo. Estudios realizados demostraron que el DEAE produce estimulación mental y euforia ligera. El DEAE comprende la colina y la acetilcolina, las cuales forman importantes neurotransmisores que facilitan el funcionamiento cerebral.
Las membranas celulares son unas capas delgadas de grasa y proteínas que rodean al cuerpo celular. La procaína puede pasar a través de las membranas dañadas de las células enfermas. Aumenta el consumo celular de oxígeno, y provee nutrientes que ayudan a la célula dañada a reparar o renovar sus membranas. Esta regeneración ayuda a normalizar el balance químico en la célula y acelera las reacciones químicas dentro de la célula. El nivel del ADN en las células se eleva y las proteínas se hacen más rápidamente. Como resultado de todo esto, las funciones celulares mejoran y los síntomas de la enfermedad empiezan a aliviarse.
La Dra. Ana Aslan, la primera doctora de Rumania cardióloga y jefa del Instituto Geriátrico de Rumania supo por el Journal of Physiology que había una enzima en nuestros cuerpos llamada monoaminooxidasa (MAO). La revista reportó que el nivel de MAO queda a casi el mismo nivel hasta nuestros 30 años de edad, luego aumenta dramáticamente conforme envejecemos. La MAO a los neurotransmisores monoaminas, como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina. Conforme la gente se hace vieja la actividad de la MAO aumenta destruyendo a estas substancias tan importantes más rápidamente. La dopamina, la serotonina y la norepinefrina disparan sentimientos de placer, serenidad y calma.
Se encontró que la gente que sufre de enfermedades debilitantes tales como la artritis, neuritis, arteriosclerosis, senilidad o depresión tienen niveles mucho más altos de MAO que lo normal.
Usando 920 ratas blancas envejecidas, la Dra. Aslan condujo una serie de experimentos para ver si podría disminuir los niveles de MAO usando varias fórmulas. La Dra. Aslan descubrió una combinación que disminuyó la MAO de las ratas al 85% dentro de un periodo de tiempo de 2 semanas. Las ratas con los niveles disminuidos de MAO vivieron 21.2% más que lo normal.
Durante los siguientes 15 años, la Dra. Aslan conservó expedientes meticulosos de 111 pacientes que estuvieron tomando su tratamiento. En promedio, el grupo del estudio vivió aproximadamente 29% más que la esperanza de vida promedio.
A través de los años, miles de pacientes de la Dra. Aslan reportaron problemas mejorados o aliviados relacionados con el envejecimiento, tales como la artritis, neuritis, impotencia, deterioro mental, pérdida de la memoria, psoriasis, asma, angina de pecho, úlceras, arteriosclerosis, depresión, piel reseca y poco tono muscular, no deseo sexual, falta de energía, osteoporosis, hipoacusia. El pelo de algunas pacientes también se obscurece.
La investigación de la Dra. Aslan no pasó inadvertida por la comunidad científica y la alta sociedad. Grandes personalidades recibieron y siguen recibiendo su tratamiento con procaína.
La Dra. Aslan visitó nuestro país, por lo menos en 8 ocasiones. En 1974 y 1975 fue invitada por la Secretaría de Salud y el Gobierno de México a participar en la mesa redonda "Aspectos nuevos de la Gerontología" y "Acción del Gerovital sobre el sistema nervioso central".
En otro estudio clínico realizado en la Universidad de Guadalajara, hemos visto también que los niños con retraso mental, pueden ser ayudados con esta terapia de la procaína.
En un reporte a la Sociedad Gerontológica, el Dr. Keith Ditman, director médico de la Fundación Psiquiátrica Vista Hill en San Diego y el Dr. Sidney Cohen profesor de Psiquiatría en la UCLA comentaron que encontraron que el 89% de los pacientes ancianos sufrieron menos depresión después de tomar la procaína. Los Doctores Cohen y Ditman reportaron que la mayoría de los pacientes que tomaron el medicamento...sintieron un mayor sentido de bienestar y relajación, durmieron mejor en la noche, obtuvieron alivio de la depresión y de las molestias de la inflamación crónica o enfermedades degenerativas.
En la reunión anual de la Sociedad Geriátrica Americana en 1975, el Dr. William Zung profesor de psiquiatría de la Universidad de Duke y el profesor asociado el Dr. HS Wong reportó que su prueba doble ciego con procaína y un placebo, mostró mejoría importante de su condición mental en aquellos que recibieron la procaína. El Dr. Leonard Cramor del New York Medical College, condujo su propio estudio doble ciego y después encontró que sus descubrimiento sí estaban de acuerdo a los del Dr. Zung y Dr. Wang.
El Dr. Albert Sermord, un miembro prestigioso de la American Medical Association, la New York County Medical Society, la Sociedad Geriátrica Americana y la Academia de Ciencias de Nueva York probó la procaína en 50 pacientes y en él mismo durante varios meses. Dijo "Cada mes me dejan estupefactos los resultados - no sólo físicamente, sino mental y emocionalmente".
El Dr. Sermord dijo "todos mis pacientes se sienten igual que yo. Yo no parezco de mi edad (78). Pesco, cazo y esquío. Hago el amor 2 veces a la semana. Me siento extremadamente bien. Su reporte fue que la procaína (H3) tenía"... un efecto sorprendente sobre la claridad mental de mis pacientes y su estabilidad emocional".
Algunos inhibidores de la MAO se venden como medicamentos antidepresivos. La procaína probó ser un mejor inhibidor de la MAO que las medicinas de prescripción, que producen, muchas veces daño hepático, hipertensión, dolor de tórax y dolor de cabeza como efectos colaterales. La procaína no ha producido efectos colaterales.
La gente que recibe el tratamiento de las inyecciones de procaína afirma que se alivia de muchas de sus enfermedades y dolores. Dicen que es un antidepresivo y un tónico cerebral que hacen que la gente esté más alerta y alegre. Se dice que detiene los procesos del envejecimiento, la caída del pelo, las canas, las arrugas y la piel endurecida.
Las personas que están recibiendo su tratamiento de procaína, no deben de consumir simultáneamente sulfonamidas o combinaciones como el cotrimoxazol. Tampoco deben de recibirla las personas alérgicas a la procaína o que están tomando inhibidores de la MAO, ni mujeres embarazadas, o lactando.
El Dr. Hochschild dice: "por su propia naturaleza, esta substancia no puede ser comparada con cualquier otra... ni estimula, ni deprime en sus acciones, sino más bien regula y normaliza". La Dra. Aslan concluyó: "si está Ud. tenso, lo relajará. Si está Ud. débil, lo revivirá".
La Dra. Aslan confirmó la habilidad de la procaína para corregir los problemas del sistema circulatorio. Se ha encontrado que la procaína es terapéutica para el corazón y el sistema vascular y es un vaso dilatador natural.
El Dr. Kugler reporta "en mis propios estudios de longevidad en ratones propensos al cáncer en la Universidad de Roosevelt en Chicago, usamos procaína como uno de los factores que extienden la vida. En dos estudios animales, comparamos a la procaína con una mezcla de DMAE/PABA y encontramos literalmente los mismos resultados positivos con la mezcla de DMAE y PABA que con la procaína misma.
Hoy el DMAE es uno de los nutrientes más esenciales accesibles al público que desee incrementar su longevidad. Aunque las concentraciones son muy pequeñas se ha demostrado la presencia natural de DMAE en los organismos vivos.
El Dr. Hochschild dice "por su papel esencial en la biosíntesis de la membrana, los resultados actuales sugieren que el proceso del envejecimiento puede ser influenciado al mantener las concentraciones apropiadas de DMAE.
El DMAE se encuentra más abundantemente en aquellos alimentos que el público tiende a pensar en alimentos "cerebrales", tales como las anchoas y las sardinas. El DMAE tiene la notable habilidad de cruzar la barrera cerebral sanguínea. Los experimentos subsecuentes han demostrado que el nutriente es responsable de extender el periodo de vida de los animales en aproximadamente del 30 a 40%.
El Dr. Murphy reportó los resultados de pruebas doble ciego conducidas mientras estudiaba el DMAE bajo auspicios de Riker Laboratories, US Public Health Service, Mental Health Institute y el Geschickter Fund for Medical Research.
Los encuentros, publicados en Clinical Pharmacology and Therapeutics, dijeron: "de las respuestas psicológicas y subjetivas los encuentros importantes fueron un incremento en el tono muscular, mejor concentración mental y cambios en los hábitos del sueño los cuales fueron: se requirió dormir menos, sueño sólido, y la ausencia de un periodo de ineficiencia en la mañana en el grupo tratado con DMAE". La mayoría del grupo reportó efectos favorables tales como estado de ánimo mejorado, alivio de dolores de cabeza y un pensamiento más claro".
El Dr. Ross Pelton notó que "los resultados del uso de DMAE han demostrado que eleva el estado de ánimo, mejora la memoria y el aprendizaje, aumenta la inteligencia y extiende el periodo de vida.
El DMAE también demostró efectividad en ayudar a manejar el aprendizaje y los desórdenes del comportamiento en los niños. También se ha usado con éxito en el tratamiento de la Corea de Huntington. El Dr. Osvaldo reportó en 1974 que "un promedio de 500 mg. diarios en niños y 1000 mg. diarios en adultos parece ser necesario para alcanzar efectos terapéuticos claros. Los mejores efectos clínicos han sido alcanzados después de tres meses de tratamiento en niños y parece ser el mínimo de periodo de tiempo para los mejores efectos.
El Dr. E. Miller reportó los resultados de la terapia del DMAE en 11 pacientes parkinsonianos con disquinesia. Después de proveer una dosis entre 500 y 900 mg. diarios. Se eliminaron las disquinesias completamente en 8 pacientes y mejoró muchísimo en un noveno. La respuesta terapéutica comenzó de 10 a 14 días después de iniciar el tratamiento.
En su libro, Mind Food y Smart Pills, el Dr. Ross Pelton menciona que al FDA originalmente permitió que se vendiera el DMAE como droga de prescripción y autorizó a Riker a venderlo bajo el nombre de Deaner. Después la FDA pidió un estudio sobre su eficacia. Debido al pequeño mercado para el Deaner en este tiempo y los costos involucrados para conducir el estudio, Riker descontinuó el producto.
En resumen, podemos decir que la terapia con procaína está indicada en alteraciones glandulares y sexuales (andropausia y menopausia), en la osteoporosis, en las distrofias, en síntomas psíquicos y físico debidos al stress, en la depresión, en las enfermedades crónicas degenerativas y como un regenerador celular en casos de envejecimiento prematuro.
Es bueno hacer notar aquí que la procaína se utiliza en la Terapia Neural desde antes que la Dra. Aslan la hiciera tan famosa. El objetivo del uso de la procaína en la Terapia Neural, es el de eliminar los campos de interferencia (por ejemplo, las cicatrices), lo cual, produce una regulación del sistema nervioso neurovegetativo. Al restaurarse el equilibrio corporal, mejora la circulación y se produce un mejor suministro de nutrientes al sistema tisular entero. La procaína, de acuerdo a la terapia neural, repolariza las células que se despolarizaron, ya sea, por un traumatismo, infección, incisión, etc. Si estos campos de interferencia no son eliminados, entonces pueden actuar como espinas irritativas y también pueden producir enfermedades a distancia, en cualquier parte de nuestro cuerpo

- CAMILLAS CUANTICAS

TERAPIAS DE ELECTROMAGNETISMO Y VIBRACIÓN MOLECULAR
LA HIPÓFISIS: LA GLÁNDULA DEL ESPACIO
Estratégicamente situada en el medio de los dos hemisferios cerebrales, enclavada en una hermosa y bien tallada superficie ósea en el cuerpo del esfenoides – la silla turca -, rodeada por una extensa red de vasos sanguíneos que le brindan acceso directo e inmediato a la circulación sanguínea y con comunicación directa a través de numerosas fibras nerviosas con el resto de las estructuras del cerebro primitivo o sistema límbico, se encuentra un diminuto cúmulo de células, con funciones endocrinas y nerviosas de importancia descomunal para la vida, sin las cuales la misma no sería posible. Su nombre: La glándula hipófisis.

- FUNCIONES ORGÀNICAS DE LA HIPÒFISIS

FUNCIONES ORGÁNICAS DE LA HIPÓFISIS
La hipófisis, conocida hasta hace unos pocos años como la "glándula maestra" – título que ahora ostenta su principal socia y complemento funcional, la glándula pineal, está constituida por dos núcleos, lóbulos o hemisferios, con características histológicas (celulares) y funciones diferentes y muy bien definidas, - aunque no por ello aisladas sino más bien en íntima coordinación -, a saber:
EL LÓBULO ANTERIOR O ADENOHIPÓFISIS
Es una estructura formada por células capaces de sintetizar y secretar sustancias a la circulación sanguínea para generar efectos específicos en órganos y tejidos lejanos. A los órganos capaces de cumplir tal función, se les denominan glándulas; dichas sustancias reciben el nombre genérico de hormonas.
Así entonces, la adenohipófisis se comporta como una glándula, pero lo que la hace ser tan supremamente importante es que sus hormonas producen sus efectos precisamente sobre la gran mayoría – sino todas- las demás glándulas del organismo. Ella es la gran controladora de la función endocrina (glandular) del organismo. Si consideramos el hecho de que la vida biológica en todas las especies superiores depende de las glándulas, no podemos desconocer la importancia capital de la hipófisis para ella.
La hipófisis es por tanto, la glándula de glándulas, el operario de la torre de control que mueve los hilos y oprime los botones para acelerar o retardar, activar o reposar, toda la maquinaria energética y celular del cuerpo.
Es ella quien controla el crecimiento, la talla y la estatura, por medio de la secreción de la llamada, precisamente, hormona del crecimiento ó GH (en inglés, growing hormone. A su vez, es responsable de la coloración de la piel, a través de la melanina (no confundir con la melatonina – véase artículo sobre la pineal); Regula el funcionamiento de la glándula Tiroides (por la TSH ó Tyroid Stimulating Hormone) encargada a su vez de controlar todo el proceso de utilización y almacenamiento de la energía – fenómeno llamado metabolismo – acelerando u retardando su gasto, de lo que se desprende un fuerte influjo sobre el almacenamiento o consumo del tejido graso y las reservas de glucosa y otros azúcares biológicos y por tanto sobre el control del peso corporal; por la misma Tiroides, interviene en los mecanismos de reparación celular, envejecimiento celular y tisular, modulación de la contracción cardiaca y funcionamiento hepático y pancreático.
La adenohipófisis regula también el metabolismo de las glándulas suprarrenales, por su hormona ACTH (adenocorticotrophic hormone) a través del importante eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (del cual trataremos en detalle en nuestro próximo artículo. Sus principales funciones allí, se relacionan con la síntesis y secreción de las hormonas esteroideas, glucocorticoides y mineralocorticodes (o esteroides endógenos), importantes en los procesos de identificación y funcionamiento tisular y orgánico según el género sexual (masculino o femenino), caracteres sexuales secundarios (tono de voz, disposición de la grasa corporal, vellos axilares y púbicos, etc.), y en funciones tan importantes como la retención o excreción de agua y sales corporales (por sus efectos renales), que a su vez son variables determinantes en el establecimiento de la tensión y presión arterial, acumulamiento de líquido, ganancia o pérdida de peso, etc. Además, tienen capital importancia en el funcionamiento de los mecanismos de defensa contra la agresión (huída / lucha), el estrés orgánico (daño o perdida de órganos y tejidos) y el síndrome de estrés mental crónico.
Así mismo, por la secreción de las llamadas hormonas gonadotróficas (LH o Luteal Hormone – hormona luteinizante – y la FSH u hormona estimulante del folículo), la hipófisis juega papel capital en el desarrollo y funcionamiento ulterior de los ovarios y testículos, en hembras y machos, hombres y mujeres, respectivamente. Su influjo le dicta a estos órganos reproductores (conocidos genéricamente como gónadas o gonadas), los sucesivos pasos para poner a punto las células germinales que darán origen a nuevos individuos luego de la fecundación, asegurando así la perpetuación de la especie. Así mismo, se aseguran los caracteres sexuales primarios, desarrollo de órganos reproductores internos y externos, comportamiento de género (de hombre o mujer, de macho o hembra)Y con su íntima coordinación con la pineal, se desarrolla el control del ciclo ovárico de la mujer.
EL LÓBULO POSTERIOR O NEUROHIPÓFISIS
Que es diferente en estructura y función a su par anterior. No está constituido de células endocrinas, en el sentido estricto de la palabra, sino de células nerviosas (neuronas) con abundantes e importantes conexiones con otras estructuras y núcleos nerviosos vecinos. De allí su nombre: neurohipófisis.
Las principales sinapsis (interconexiones neuronales) de la neurohipófisis están dirigidas hacia núcleos específicos del sistema límbico (tálamo-hipotálamo-hipocampo-amígdalas del hipocampo), que es el centro de origen y control de los instintos, los impulsos básicos de supervivencia (sed, hambre, instinto sexual, etc.) y las emociones y la glándula pineal, la rectora del tiempo y los ciclos de la vida (véase artículo previo sobre el tema)
Y es precisamente por estas conexiones de doble vía por las que se establece un íntimo, sutil y preciso control de todos los procesos vitales de un ser vivo (hablando de especies superiores que poseen sistema neuroendocrino – y obviamente el hombre): El hipotálamo y la pineal controlan el funcionamiento de la hipófisis por medio de la secreción de hormonas llamadas Factores Liberadores de la Hipófisis, pero a su vez, la neurohipófisis envía y recibe estímulos eléctricos para y desde ellas, modulando toda función de vida, incluyendo el propio cerebro y de allí para abajo.
Así, la dupla adenohipófisis – pineal, interconectadas por la neurohipófisis se constituye, en su unión, en la rectora suprema de la vida, su desarrollo y su desempeño en los organismos vivos superiores.
Por lo tanto, un adecuado funcionamiento hipofisiario es sinónimo de un desarrollo y funcionamiento físico y corporal armónico y sano.
Un mal funcionamiento hipofisiario representa, literalmente, una hecatombe metabólica que amenaza la vida: Problemas de peso, estatura, manejo de líquidos y sales; Trastornos de atención, neurosis, depresiones y aún esquizofrenias; descalcificación ósea, atrofia muscular, envejecimiento prematuro y problemas de pigmentación de la piel.

- FUNCIONES COSMICAS DE LA HIPÒFISIS

FUNCIONES "CÓSMICAS" DE LA HIPÓFISIS
Si la glándula pineal rige los ciclos del organismo y los tiempos de la mente, como hemos explicado en nuestra anterior entrega, la glándula hipófisis, su gran socia y compañera, es la rectora del espacio.
Los seres humanos manejamos de forma permanente dos realidades: Una interna, delimitada por la piel y que está constituida por nuestros órganos y sistemas; y una externa, que es nuestro entorno, donde están nuestro hábitat, demás congéneres y entorno social, planetario y cósmico.
Cuando por sus funciones - dicho de otra manera - cuando por sus hormonas, la hipófisis dictamina qué deberán realizar las demás glándulas de nuestro cuerpo, por ejemplo, cuánto deberemos crecer y pesar; cuánta agua o sales (minerales) deberemos retener; de qué color será nuestra piel (codificado en nuestro ADN); cuándo estaremos aptos para procrear y perpetuar nuestra especie; cuál es el mejor momento para hacerlo (de allí el instinto de reproducción o época de celo); cuánto calcio y fósforo deberán atrapar o liberar nuestros huesos y dientes; cuánta energía deberemos almacenar o liberar de nuestros depósitos y todas sus demás funciones, lo que esta pequeña estructura está haciendo no es otra cosa sino manejando nuestro espacio interno, nuestro propio cosmos, nuestro universo interior.
Crecer, encogerse, engordar, adelgazar, retener líquidos o eliminarlos (elemento agua), manejar la energía orgánica (elemento fuego), las sales internas (elemento tierra), la combustión de azúcares y la respiración (elemento aire) es el manejo del espacio interno que todos poseemos.
Nuestro cuerpo es nuestro primer, más íntimo, cercano espacio. Y la hipófisis es su manejadora y regente.
Pero así como poseemos un espacio interno, tenemos y debemos manejar un espacio exterior, un entorno y un habitáculo donde nuestro espacio básico está y habita.
Cuando un ser humano posee una hipófisis adecuadamente cimentada, sana y funcionando bien, su espacio externo estará perfectamente encuadrado y determinado por él. Dicho de otra manera, una hipófisis bien calibrada es capaz de recibir y procesar la información que de su entorno, por sus sentidos físicos (no en vano la hipófisis se sitúa en inmediata cercanía del cruce de los nervios ópticos en el cerebro, recibiendo fibras nerviosas que vienen de las retinas), le llega. Tal información, que no es solamente visual sino acústica, lumínica, olfativa y táctil, le brinda al encéfalo y en él a la hipófisis, parámetros de respuesta inmediatos que le permiten sopesar, evaluar, determinar, definir, descifrar y concluir qué es lo que su entorno inmediato le brinda o le presenta como reto. Así moldea su proceso de pensamiento interno haciendo los ajustes necesarios para interactuar con su entorno, modificarlo, cambiarlo o alejarse de él, si este le es hostil.
La hipófisis maneja la realidad del espacio interno y externo en los seres vivos y tan coordinada o descoordinada esté en su funcionamiento, tanto mayor o menor será el manejo que de él se haga.
Una hipófisis que funcione bien siempre traerá espacios amplios y grandes a quien la posea. Por lo tanto, un ser humano con una hipófisis equilibrada siempre estará muy bien plantado y erguido en su cuerpo; su postura será elegante y muy señorial. No poseerá desviaciones de su columna (escoliosis, lordosis, etc.); Su pelvis será firme y dará soporte estable a su tronco; Sus pasos, por sus piernas, serán muy firmes y cimentados; Sus hombros siempre estarán atrás – y nunca caídos- lo que elevará el pecho y ampliará el tórax, aumentado la capacidad pulmonar, brindando al corazón espacio para que lata con menos esfuerzo y mayor eficacia; Su cabeza será altiva, divisando siempre el horizonte – el físico y el existencial-, lo que lo hará descollar y sobresalir, entre la multitud. Creará como consecuencia un aura especial en su ser y personalidad, que los seres humanos llamamos carisma.
Su buena postura corporal hará que sus órganos internos ocupen siempre los espacios (recuerde, la hipófisis maneja el espacio) que les corresponden y no serán oprimidos, desplazados o estirados – en una palabra deformados – por su dueño, lo que ocurre cuando el espacio se maneja mal.
Así mismo, la hipófisis sana y el buen manejo del espacio, atraerá espacios exteriores amplios y grandes para su dueño: Poseerá una casa cómoda, un buen auto, espacioso y fuerte; Una oficina, si allí fuere su oficio, de dimensiones nunca minúsculas ni aprisionantes, sino grandes y espaciosas, muy luminosa, de pisos y paredes de colores agraciados, nunca oscuros ni lúgubres.
Sus ideas siempre serán grandes - pensará "en grande" - lo que le llevará a ser de altos ideales; Su propia hipófisis, sin ni siquiera saberlo, nunca le permitirá conformismos en su interior, pequeñeces ni mezquindades. Un ser humano con una hipófisis sana tendrá como consecuencia un pensamiento innovador, creativo, constructivo; sus proyectos serán siempre del orden de lo macro.

La hipófisis bien cimentada es la defensa total contra la miseria y la pobreza material. Y si está perfectamente sincronizada, el que la posea no solamente será muy cómodo en su vida material, sino un gran compartidor, porque en su espacio interior, en su corazón "cósmico", cabrán aquellos otros que le rodean.
Por el contrario, cuando una hipófisis está despolarizada, débil, enfermiza, no solamente ocurrirá la enfermedad del cuerpo, sino que aparecerá la enfermedad en el espacio externo: Medirá mal la distancia para dar un paso y tropezará y caerá; Calculará mal el espacio en su coche y chocará con aquel otro. Vivirá siempre en pequeños espacios físicos: diminutas habitaciones, una pequeña oficina, la misma ropa vieja y raída – el vestido es parte del manejo del espacio- serán parte de su cotidianidad. El conformismo y la pereza serán su principal compañía. Vivirá una vida de supervivencia – el escalón más básico de ella- sobrevivir; pero nunca será cómodo, amplio, de pensamiento grande, de grandes ideas, proyectos ni realizaciones. Y someterá a sus seres queridos, hijos, esposa, esposo, parientes, a una vida de muchas necesidades materiales. Sufrirá mucho.

- TERAPIAS DE ELECTROMAGNETISMO Y VIBRACIÓN MOLECULAR

TERAPIAS DE ELECTROMAGNETISMO Y VIBRACIÓN MOLECULAR
La estructura del cuerpo, en su esencia última, está hecha de átomos y moléculas.Su funcionamiento depende, en última instancia, del movimiento de cargas de energía, en forma de electrones.
El movimiento de los electrones creará siempre campos electromagnéticos.La vida, es en esencia, una fuerza electromagnética en movimiento, que adquirió conciencia de ser.
Si tomamos un cuerpo y en él sus estructuras que lo forman, y en ellas aquellas que lo rigen – sus glándulas y sistema nervioso – y lo hacemos vibrar sutilmente para deshacer enlaces y puentes moleculares no originales y eliminar sitios de sobrecarga por excesos de campos estáticos; si luego generamos, por medio de pequeños magnetos, una orientación polar norte-sur definida para todas las moléculas constitutivas de nuestro organismo; Y si posteriormente entregamos una nueva programación vibratoria molecular que entre las diferentes estructuras y densidades de los tejidos posean frecuencias múltiples de una frecuencia básica (frecuencias armónicas); y si partimos de la base de que el pensamiento de la mente es modulado por la estructura básica (no la única) que le brinda asiento, que es el cerebro, y que el cerebro está hecho de células almacenadoras de información, podemos concluir que la forma como pensamos, la manera como el cuerpo funciona y los comandos celulares y genéticos se pueden reprogramar para optimizar su funcionamiento
Es igual a llevar nuestro auto a una serviteca, para hacerle la alineación, el balanceo y el mantenimiento, para corregir los daños y prevenir subsiguientes.
Estas son las terapias de Electromagnetismo y Vibración Molecular: Un principio de repolarización y reprogramación molecular que tiene como consecuencia un nuevo principio de funcionamiento celular.
Repolarizar la hipófisis es reprogramar el manejo del espacio para buscar el principio de la conjunción con el tiempo que nos lleve al despertar la intuición como camino a la realización